“El vino es el amigo del sabio y el enemigo del borracho. Tomado a dosis pequeñas es un medicamento; a dosis excesivas es un veneno. El vino nutre el cuerpo y el alma, su color es más vivo que el de la rosa. Es amargo y útil como el consejo de un filósofo; está permitido a las personas de espíritu, y prohibido a los imbéciles. Empuja al tonto hacia las tinieblas, y guía al sabio hacia Dios. También la religión se lo permite al sabio, y la razón se lo prohíbe al pobre de espíritu. Bebe moderadamente un buen vino; tu ser se aproximará a Dios” - Ibn Sina, también conocido como Avicena.

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