Las enseñanzas del espacio absoluto del budismo dzogchen


Como introducción al dzogchen presentamos aquí una traducción de los primeros versos de “El Precioso Tesoro del Espacio Absoluto”, de Longchen Rabjam (Longchenpa), uno de los textos claves de esta escuela espiritual que es particularmente importante para el linaje tibetano de los Nyingma.
Philipe Cornu en su Diccionario de Budismo dice que “según los nyingmapa [el dzogchen] poviene del buddha primordial Samantabhadra, el dharmakaya. Éste ha transmitido la esencia directamente de espíritu a espíritu sin pronunciar una palabra, a Vajrasattva y a los cinco jina, sus propias emanaciones del sambhogaya”. Es decir, esta es una transmisión tántrica revelada como un tesoro en la mente de un linaje de bodhisattvas que tiene su origen en la transmisión que hizo el Buda Primordial a Garab Dorje.
El dzogchen o “Gran Perfección” es considerado el yoga más alto del budismo tántrico tibetano o vajrayana (el vehículo diamante). Es también llamado ati yoga, el yoga primordial. Este sistema tántrico permite una iluminación instantánea, un cortar la ilusión y las impurezas para saltar de súbito al flujo absoluto del Ser o a la intensidad extática (rig pa) del espacio base que es la luz clara de la mente. El gran maestro del dzogchen, Longchenpa, “el Rey del Dharma del Vasto Espacio”, explica en su comentario a su propio texto “El Precioso Tesoro del Espacio Absoluto” [Chos dbyings rin po che’i mdzod ces bya ba’i’grel pa]. Así la conciencia [rigpa, awareness en inglés] –la conciencia intemporal que ocurre naturalmente– es el espacio absoluto de los fenómenos”. Este espacio absoluto, o espacio base de todos los fenómeno, es el dharmadatu (en sánscrito) y es considerado también “tu propia naturaleza fundamental –la naturaleza búdica, la mente en sí misma, inherente y absolutamente lúcida”, según Longchenpa
El tulku (emanación) Thondup Rinpoche en su introducción al texto de Logchenpa explica que las enseñanzas del dzogchen se dividen en tres series:
1. La División de la Mente (sem sde) enseña que la naturaleza de la mente es la iluminación. Es la sabiduría primordial, tal como es. Todos los fenómenos del samsara y el nirvana surgen del poder de manifestación de la mente (rol pa’irtsal), como surgen los reflejos en un espejo.
2. La División del Espacio (klong sde), enseña que la sabiduría primordial (ye shes) y su poder manifiesto, existencias fenoménicas (chos), son atributos del espacio primordial liberado, la esfera absoluta (chos dbyings).
3. La División de la Instrucción (man ngag sde), enseña que el directo entendimiento de la pureza primordial  está más allá de conceptos, designaciones y dimensiones. La profundidad o el fulgor (gdangs) de la pureza primordial surge naturalmente como la avenida de apariciones espontáneas liberadas (ilhun grub ky snang ba’i sgo).
Tenemos aquí de manera sucinta la esencia de las enseñanzas del dzogchen, una filosofía no-dual que, sin embargo, es fundamentalmente práctica, es decir, requiere para su correcto conocimiento una dimensión de experiencia. Se trata de experimentar esta sabiduría primordial que es la mente en su estado natural, luminoso y espontáneo, y que no es distinto al espacio. 
A continuación los primeros versos de “El Precioso Tesoro del Espacio Absoluto”. Es importante entender que no existe en español un término que pueda traducir la gran riqueza de significado de la palabra rig pa, la cual traducimos como conciencia de manera un poco impotente. Richard Barron traduce rig-pa como “awareness”; Herbert Guenther como “intensidad extática” y Keith Dowman como “gnosis”.  Un guiño al lector: Longchenpa enseña con prístina claridad cómo todo los fenómenos que surgen en el universo — incluyéndonos a nosotros mismos en tanto a que pensamos que somos nombres y formas con un cuerpo y una identidad específica– no son más que adornos, despliegues mágicos del espacio (que tiene una propiedad cognitiva inherente) que se deleita en tal profusión insustancial y milagrosa– homogeneidad pura de la luz que es todas las cosas –infinita diversidad de colores, sonidos y sabores– sin dejar de ser solo luz. Habiendo entendido esto, y habiendo atisbado la belleza de esta filosofía que es la forma más relajada a la vez que profunda de la gnosis, no queda más que disfrutar del espectáculo y dejar de preocuparse, para así caer libremente en el espacio natural de la mente despierta.

¡Homenaje al glorioso Samantabhadra!
La conciencia [rig pa] intemporal — la mente absolutamente lúcida y despierta–, ocurriendo naturalmente,
es algo maravilloso y superno, primordialmente espontánea y presente.
Es el tesoro del cual emerge el universo de apariencias y posibilidades, ya sea samsara o nirvana.
Homenaje a este estado invariante, libre de toda elaboración.

La más alta cumbre de los senderos espirituales,
el vasto espacio en el que el Sol y la Luna orbitan la montaña más majestuosa,
es el vasto espacio de la esencia de corazón diamante [vajra] -espontáneamente presente y sin embargo absolutamente
lúcido–el vasto espacio del estado naturalmente sereno que no conlleva ningún esfuerzo o logro.
Escucha mientras explico este espacio superno intemporal e infinito.

Dentro del vasto espacio de la presencia espontánea yace la cimiente de la que todo surge.
Vacía en esencia, continua por naturaleza, nunca ha existido como algo en particular y sin embargo surge como todas las cosas.  
Dentro del vasto espacio del trikaya [los tres cuerpos de Buda], aunque samsara y nirvana surgen naturalmente,  no se desvían del espacio absoluto –tal es el dichoso reino que es la verdadera naturaleza de los fenómenos.
La mente en sí misma es una vasta extensión, el reino del espacio inmutable.
Su indeterminado despliegue es el vasto espacio de la expresión mágica de su propia capacidad de respuesta.
Todas las cosas son sólo adornos del espacio absoluto.
Internas o externas, la proliferación y resolución de todas las cosas es la energía dinámica de la mente despierta.
Debido a que esto no es nada en particular pero surge como todo lo que es,
es una mágica y majestuosa expresión, suprema e incomparable.

A lo largo de todo el universo, todo los seres y todo lo que toma forma no son más que adornos del espacio absoluto, surgiendo como el principio perenne de la forma iluminada.
Lo que es audible, todos los sonidos y voces sin excepción, aunque sean innumerables, son los adornos del espacio absoluto, surgiendo como el principio perenne de la palabra iluminada.
Todo lo que aparece en la conciencia y todas las excitaciones y proliferaciones del pensamiento, así como todo el rango inconcebible de estados no-conceptuales, son los adornos del espacio absoluto, surgiendo como el principio perenne de la mente iluminada.

Los seres nacidos en las seis diferentes clases a lo largo de los cuatro senderos de renacimiento, así también, no se desvían en lo más mínimo del espacio absoluto de los fenómenos.
El universo de las apariciones y las posibilidades–los seis tipos de objetos sensoriales que se manifiestan en la percepción dualista– aparece dentro del reino del espacio absoluto de los fenómenos de la misma forma que las ilusiones, se manifiestan pero no existen.
Sin una estructura que lo soporte, vívidamente aparente sin embargo siempre vacío, insuperablemente espacioso y naturalmente diáfano, tal como es, el universo surge como el adorno del espacio absoluto de los fenómenos.

No importa cómo parezcan o suenen las cosas, dentro del inmenso reino del espacio absoluto no se desvían en lo más mínimo de su identidad espontánea como dharmakaya, la mente despierta.
Ya que el estado intemporal de la relajación absoluta está naturalmente vacío y existe sin transición o cambio, lo que sea que se manifieste constituye el espectro de la conciencia intemporal que ocurre naturalmente, la verdadera naturaleza de los fenómenos, fusionándose en un único espacio de goce, sin esfuerzo alguno, sin que sea necesario hacer nada.
Articulo Original: http://cadenaaurea.com/2016/07/las-ensenanzas-del-espacio-absoluto-del-budismo-dzogchen/

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